Durante el
proceso de excitación se secreta serotonina. Encargada de regular el apetito
por medio de la saciedad, equilibrar el deseo sexual, controlar la temperatura
corporal y regular el sistema nervioso central, a quien le debemos nuestro
estado de ánimo. De hecho, estudios demuestran que los hombres producen el
doble de serotonina que las mujeres. Cuando estos niveles de serotonina aumentan,
se incrementa también nuestra sensación de placer. A más placer, mayor
excitación. Cuando se presenta la eyaculación precoz, la serotonina trabaja en
sus máximos niveles, ocasionando una señal en el momento equivocado y
provocando la eyaculación espontánea. El efecto exacerbado que posee la
serotonina se puede contrarrestar con un inhibidor de esta hormona, reduciendo
considerablemente la ansiedad y evitando orgasmos antes de tiempo.
Los medicamentos para
la eyaculación precoz han
demostrado ser eficientes en este tratamiento y no representan peligro a la
salud, por cuanto son eliminados rápidamente del cuerpo. Además no hay reportes
de que causen adicción, por ser una sustancia inhibidora de los efectos de una
hormona, o que cause impotencia sexual por su uso regular. Con lo pueden ser consumidas con seguridad.
Los medicamentos para
la eyaculación precoz usualmente deben ser ingeridos una hora antes de
tener relaciones, logrando un efecto hasta por tres horas. Es recomendable no
combinar con la ingesta de alcohol pues suele anular su efecto.
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